IGLESIA PARROQUIAL DE SAN GINÉS
La iglesia parroquial de San Ginés sigue la estructura de planta de cruz latina, con capillas laterales y bóveda de media naranja en el crucero, difundida en el período barroco (según el modelo de la iglesia del Gesù de Roma). Destaca, sin embargo, la elegante simplicidad y claridad de sus líneas, que permiten reconocer la estructura cruciforme tanto desde el exterior como en el interior del templo, así como la austeridad de la decoración, reducida a los elementos más esenciales.
La obra es de buena mampostería y sillares en los esquinales. Al exterior presenta dos portadas idénticas, una al poniente y otra al mediodía, de estructura adintelada, con jambas y dovelas de platablandas y, sobre el lateral superior, cornisa saliente totalmente horizontal. Al poniente se remata la fachada con una espadaña de sillarejo de poca altura pero de líneas gráciles, coronada por un frontón triangular cubierto por cornisa de sillería.
El interior, de planta de cruz latina, consta de una sola nave, con bóveda de medio cañón con lunetos. En el cuerpo que se extiende hasta el crucero, que consta de cuatro tramos, el espacio entre los machones en que apoyan los arcos fajones de la bóveda es de bastante profundidad –si bien bastante menor que la del crucero, lo que vuelve perceptible la estructura cruciforme–. Estos espacios forman, en los tres tramos más cercanos al crucero, tres especies de capillas a cada lado, si bien la primera del lado de la Epístola corresponde a la portada de mediodía.
En cuanto al primer tramo, que da a la portada de poniente, está dominado por el coro, y presenta dos puertas, una, en el lado de la Epístola, para la escalera que asciende a la espadaña; y otra, en el lado del Evangelio, a una pequeña habitación que sirve de baptisterio. También los brazos del crucero son de medio cañón con lunetos. La intersección del crucero con la nave está coronada por una bóveda de media naranja, sobre pechinas, en las que están representados los cuatro Evangelistas.
El Libro de Visitas II de la Curia Episcopal de Cuenca anota en el año 1709 acerca de esta parroquia: «De 50 vecinos, Iglesia bien reparada».